Por FEDERICO RIVAS MOLINA

La puesta de la ‘Segunda Sinfonía’ de Gustav Mahler exige un gran despliegue técnico en un predio de la Sociedad Rural.

Un caballo recorre la superficie de una fosa común, durante uno de los ensayos de ‘Resurección’, en el Teatro Colón de Buenos Aires. Un caballo blanco recorre la tierra húmeda. El ambiente es bucólico y silencioso. El animal husmea JUAN JOSÉ BRUZZA (CORTESÍA) hasta dar con algo que el espectador no llega a reconocer. Es una mano. La Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, bajo la dirección de Charles Dutoit, toca los primeros acordes de la Segunda Sinfonía de Gustav Mahler. Canta el coro. Pronto entrarán en escena los forenses y destaparán poco a poco lo que es una fosa común. 

La puesta del italiano Romeo Castellucci de Resurreción, sobre la base de la sinfonía de Mahler, vuelve a los escenarios tras su estreno en 2022 en un galpón abandonado en la inauguración del Festival de Aix-en-Provenc, en el sur de Francia.

El montaje de Resurrección es una apuesta arriesgada del Teatro Colón, que ha salido de los márgenes de su majestuoso edificio para mudarse en forma temporal a una nave de la Sociedad Rural, un predio centenario que ha sido modificado para recibir exposiciones y grandes eventos.

Cuando la obra se presentó en Francia acababa de estallar la guerra en Ucrania. Los muertos perdidos en el lodo se leyeron como una alegoría de aquel enfrentamiento. En Argentina tendrá otras lecturas. Este es el país de los desaparecidos y los torturados por la dictadura. Los equipos de antropología forense aún trabajan en la identificación de cuerpos encontrados sin nombre, perdidos en algún cementerio clandestino o en una fosa común. Por eso el Colón pensó en la obra de Castellucci para abrir su temporada en el año en que se cumplen 40 años del regreso a la democracia. Su director, Jorge Telerman, vio la puesta en Aix-en-Provenc y decidió traerla a Buenos Aires.

Los escenógrafos preparan el Teatro Colón para la puesta en escena de ‘Resurección’.

Estamos ante “una sinfonía imponente, con una notable puesta dramática que escenifica la eterna lucha entre el bien y el mal, pero,