Arte, alfabetización y aprendizaje de idiomas

Espacio Visual Europa (EVE) 

17 octubre, 2024

El arte ha sido desde siempre una forma de expresión y comunicación universal. Sin necesidad de palabras, las imágenes, esculturas y otras manifestaciones artísticas permiten transmitir emociones, ideas y relaciones que trascienden fronteras lingüísticas y culturales. En este sentido, el arte no solo es una herramienta de apreciación estética, sino que también puede ser utilizado como un recurso educativo poderoso, especialmente en el aprendizaje de idiomas y en el fomento de la alfabetización.

En las últimas décadas, se ha incrementado el interés por explorar enfoques pedagógicos no tradicionales que aprovechan las capacidades inherentes del arte para estimular el aprendizaje, en particular para aquellos que enfrentan barreras lingüísticas o educativas. Esta metodología se ha utilizado en contextos donde los estudiantes provienen de situaciones de desarraigo (inmigración, p.e.) o de desventaja social, con el objetivo de promover la inclusión y mejorar sus habilidades comunicativas y de alfabetización.

Por otro lado, el aprendizaje de un idioma no solo implica la memorización de vocabulario y reglas gramaticales, sino también el desarrollo de habilidades de comunicación que permiten la interacción con el entorno social y cultural. Aquí es donde el arte ofrece una oportunidad única. Al involucrar a los estudiantes con obras de arte, se les permite conectar con conceptos abstractos y situaciones del mundo real de manera visual, lo que puede ser particularmente útil para los estudiantes que tienen dificultades con el lenguaje hablado o escrito.

El uso del arte como herramienta en el aprendizaje de idiomas ofrece varias ventajas. En primer lugar, los recursos visuales pueden facilitar la comprensión de conceptos difíciles, proporcionando un contexto tangible que ayuda a los estudiantes a asociar las palabras con imágenes o situaciones. Esto es especialmente útil en el caso de los estudiantes que están aprendiendo un idioma desde cero, ya que el arte les permite construir asociaciones mentales sin necesidad de depender exclusivamente del texto.

En segundo lugar, el arte promueve la discusión y la interacción entre los estudiantes. Al observar y analizar una obra de arte, los estudiantes pueden compartir sus interpretaciones, describir lo que ven y expresar sus pensamientos, lo que les ayuda a practicar sus habilidades de comunicación en un entorno colaborativo. Este tipo de enfoque no solo mejora la competencia lingüística, sino que también fomenta la confianza en la comunicación, algo crucial para las personas que se sienten inseguras al utilizar un nuevo idioma.

Además, el arte introduce una dimensión cultural al aprendizaje de idiomas. Las obras de arte a menudo reflejan los valores, creencias y tradiciones de una sociedad, lo que permite a los estudiantes no solo aprender el idioma, sino también comprender el contexto cultural en el que se utiliza. De esta manera, el arte se convierte en un vehículo para el intercambio cultural, donde los estudiantes pueden relacionar su propia herencia con las nuevas culturas que están explorando a través del idioma.

La alfabetización es más que la capacidad de leer y escribir; implica comprender y utilizar la información de manera efectiva en la vida cotidiana. En este sentido, el arte ofrece un enfoque diferente para desarrollar estas habilidades fundamentales, particularmente entre aquellos que pueden tener dificultades con los métodos de alfabetización convencionales.

El enfoque artístico para la alfabetización se centra en la observación, el análisis y la interpretación de obras de arte. Estos ejercicios no solo mejoran la capacidad de los estudiantes para leer imágenes, sino que también desarrollan habilidades cognitivas esenciales, como el pensamiento crítico y la capacidad de síntesis. A través de la observación y el análisis de las obras, aprendemos a interpretar significados, identificar detalles importantes y generar una narrativa coherente, habilidades que son transferibles a la lectura y escritura de textos.

Un aspecto clave de este enfoque es la conexión entre el arte y la experiencia personal. A menudo podemos relacionar lo que vemos en una obra de arte con nuestras propias vidas, lo que nos ayuda a construir una comprensión más profunda del contenido. Al escribir o hablar sobre sus impresiones, los estudiantes no solo practican el lenguaje, sino que también desarrollan su capacidad para expresar ideas complejas y abstractas. Este enfoque interactivo y participativo no solo mejora la competencia lingüística y la alfabetización, sino que también motiva a los estudiantes a participar activamente en su propio proceso de aprendizaje.

El uso del arte en el aprendizaje de idiomas y la alfabetización se beneficia particularmente de un enfoque no formal y participativo. A diferencia de los métodos de enseñanza tradicionales, que pueden ser percibidos como rígidos o impositivos, este enfoque permite a los estudiantes aprender a su propio ritmo, en un ambiente que fomenta la creatividad y el intercambio de ideas.

Este enfoque participativo se basa en el diálogo y la colaboración. Los estudiantes trabajan juntos para interpretar las obras de arte, compartir sus puntos de vista y aprender unos de otros. Esta interacción en grupo refuerza las habilidades sociales y fomenta un sentido de comunidad dentro del aula. Además, la naturaleza colaborativa de este método permite que los estudiantes con diferentes niveles de competencia lingüística y habilidades de alfabetización participen de manera activa, ya que cada uno puede contribuir desde su propia perspectiva.

Los beneficios de este enfoque no se limitan a las aulas o a los entornos educativos formales. Los museos y galerías de arte también juegan un papel importante como espacios educativos alternativos, donde los estudiantes pueden participar en actividades de mediación artística que refuerzan su aprendizaje. Estas experiencias no solo ofrecen una oportunidad para aprender en un entorno más dinámico, sino que también promueven la inclusión social, permitiendo a los estudiantes de diversas procedencias participar en el patrimonio cultural de sus comunidades.

Resumiendo, el arte ofrece un enfoque innovador y efectivo para el aprendizaje de idiomas y la alfabetización, especialmente para aquellos que enfrentan barreras lingüísticas o educativas. A través de la observación, el análisis y la discusión de las obras de arte, los estudiantes no solo mejoran sus habilidades lingüísticas y de lectura, sino que también desarrollan competencias críticas para la vida cotidiana. Este enfoque, basado en la interacción, el diálogo y la participación, permite a los estudiantes conectar sus propias experiencias culturales con el contenido que están aprendiendo, haciendo que el proceso de aprendizaje sea más significativo y accesible para todos.

Recursos Bibliográficos:

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