Juan Mastromatteo, expone en la Sala Lumière a partir del próximo lunes

Juan Mastromatteo propone una pintura figurativa, que “no copia la realidad sino que trata de hurgar sobre algunos aspectos que trascienden a esa realidad”. Foto: agadu.org.

“He vivido soñando un mundo mejor del que vivo”

El artista plástico Juan Mastromatteo presenta la muestra ‘Entre sueños y pesadillas’ en la Sala Lumière, de la ciudad de Canelones. La exposición, seleccionada por Canelones PRENDE Fondos Culturales, se inaugurará el lunes 14, a las 16 hrs., y podrá verse hasta el 8 de noviembre.

Juan Mastromatteo nació en un pequeño pueblo de Italia pero migró a los 5 años a Uruguay, junto a su madre y sus tres hermanos. Primero vino el padre, que construyó una casita en Las Piedras antes de que llegara el resto de la familia. Esa ciudad del departamento de Canelones fue el lugar de infancia y adolescencia del pintor, entre la Escuela Pueblo Nuevo y el Liceo Manuel Rosé. La pintura vino desde muy chico, en la Casa de la Cultura de Las Piedras y el Taller Manuel Rosé, que en aquellos años estaba dirigido por Andrés Moscovich. Por coincidencia, una obra de Moscovich se encuentra desde hace tiempo en la Sala Lumière y dialogará, de una forma u otra, con la muestra del pintor.
El artista Juan Mastromatteo dialogó con HOY CANELONES sobre ‘Entre sueños y pesadillas’ y una vida marcada por la pintura.

Sin réplicas
Mastromatteo propone una pintura figurativa, que “no copia la realidad sino que trata de hurgar sobre algunos aspectos que trascienden a esa realidad. Trabaja con sentimientos como el amor, el odio, el rechazo o la aceptación; temas que involucran al ser humano pero no son una réplica de lo que uno ve cuando abre la puerta de su casa y sale a la calle. Hasta podría decirse que es un poco lo que la realidad esconde. Yo hurgo eso, ando buscando eso que esconde la realidad a través de mi propia vida”.
Desde que empezó a pintar hasta hoy, Mastromatteo no ha dejado de utilizar el óleo. “Yo he pintado en óleo toda la vida. A pesar de que hace treinta o cuarenta años surgió el acrílico y hubo una tendencia de cambiar el óleo por el acrílico, yo nunca me cambié, porque el acrílico es un material al que nunca pude adaptarme. Al óleo, en cambio, yo lo siento mucho más plástico, más manuable, me da tiempo para trabajarlo, aun cuando pongo un plano de color arriba de la superficie, al cabo de los días sigue estando fresco como para que yo lo pueda modular. Eso y alguna otra cosa más han hecho que yo no me separe de este material, lo siento incorporado a mi existencia”, explicó el pintor.
Debería escribirse “un capítulo aparte” de esta entrevista para hablar de la técnica, según el artista: “La técnica es un elemento imprescindible, pero no suficiente. Tú podés conocer toda la técnica del mundo, como si conocieras todos los modos posibles de vestirte y después, vestido de la mejor manera, no sepas qué hacer con tu cuerpo. El fenómeno de la pintura, que parece simple, es un fenómeno muy complejo, y si analizás la historia del arte, cada época genera un tipo de expresión. Los pintores que de algún modo, consciente o inconscientemente, expresan eso, traducen en su arte el modo esencial de esa época. Traducen en su arte las características fundamentales de la época en que les tocó vivir, y eso trasciende a la técnica. Con lo que digo no pretendo decir que represento a mi época, no sé si la represento o no, porque eso lo dirá el futuro. Hoy por hoy, yo peleo por un modo de expresión que me traduzca a mí como ser humano, porque mi pintura refleje mis preocupaciones, mis sueños, pesadillas y anhelos”.

Desde niño
Toda la vida de Mastromatteo ha estado marcada por la pintura. “Mi vida entera, desde los 6 o 7 años, ha estado signada por la tarea de las artes plásticas. Además de involucrarme con las artes plásticas, mi vida, ya sea por un tema de temperamento, carácter o vaya a saber qué, ha estado signada por sueños, algunos concretados y otros fracasados. Eso tiene que ver con que he vivido soñando un mundo mejor del que vivo, y he tratado de volcar eso dentro de la plástica”, destacó el artista. “En mi pintura he tratado de reflejar, a veces con más felicidad y otras con menos, esa lucha que esconde el título ‘Sueños y pesadillas’: situaciones donde el ser humano concreta sus aspiraciones y situaciones donde se mezcla lo malo y lo bueno, lo regular y lo irregular… las buenas intenciones con las perversiones. A pesar de que mi obra no sea la transcripción exacta de un pensamiento, porque trabajo con sensaciones y con la materia, que es la pintura, y ella a veces me indica qué es lo que debo hacer. Entonces es como un juego ambivalente, donde yo pretendo lograr cierto resultado, ser fiel a una sensación muy íntima de lo que quiero expresar. De esa pequeña pelea que doy todos los días frente a una tela o un cartón, que a veces gano y a veces pierdo, surgen estos treinta cuadros que voy a mostrar”, agregó.

Fernando Guerrero