En ocasión de la muestra
“Acordes en el plano” de Leonel Gómez
recordamos las enseñanzas de Miguel Ángel Pareja.
O
¿porqué no hay un “taller” Pareja?
Este año, recordamos el 116 natalicio del Maestro con la muestra de uno de sus alumnos: Leonel Gómez, artista plástico y neurocientífico. Para él, Miguel Ángel Pareja fue quien le abrió los ojos –“la cabeza y la sensibilidad”— por su práctica docente y por cómo educaba su percepción. “Con frecuencia, nos pedía dar vuelta la pintura que estábamos mostrando para romper el orden con el que la habíamos construido y observar cómo la relación entre los elementos se reconfiguraba, a veces poniendo en evidencia debilidades en la composición”.
Para Pareja “La educación es un acto de amor y de coraje; una práctica de la libertad humana dirigida hacia el mundo y la sociedad, que no se acepta como predeterminada, sino que se busca transformar, por solidaridad, por espíritu fraternal”. Educar es despertar aptitudes sensibles para ir formando su propio destino. El arte no se enseña. Se educa para que cada individuo sea capaz de extraer de sí mismo su auténtica e irrenunciable actitud a decir su verdad en la infatigable y poco confortable exigencia de desatar sus reacciones más frescas y puras. La actividad creadora no es enseñable. Lo enseñable del Arte son las técnicas. Ella es la base de la expresión. Está constituida por dos elementos: la materia y la herramienta. Cuando una y otra están entendidas por separado a fin de mostrar la riqueza de la otra se está en el buen camino”.
Repetía una enseñanza de su maestro Roger Bissière: “yo no enseño, simplemente le digo a Ud. lo que es la pintura. No corrijo ni opino sobre el dibujo porque es lo más íntimo de la expresión de la persona y no tengo derecho a influir con mis ideas sobre la expresión de nadie”. Por eso no hay un “taller” Pareja.
Mario R. Pareja, 11 de agosto 2024