2025/1965: Volvimos», en el MNAV
Carlos Palleiro: el dibujo, la fascinación del color y la militancia en un arte de pulso político.
Caras y Caretas
28 de abril de 2025
La extensa y valiosa obra gráfica de Carlos Palleiro volvió al Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV), con una muestra curada por Maca Wojciechowski.
En 80 años de vida y 60 dedicados al arte, Carlos Palleiro dio forma —y color, ideas, militancia— a una obra tan vasta como personal en esos fascinantes territorios del diseño gráfico y la ilustración. Y una generosa porción de ella regresó al Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) a través de la muestra Volvimos, curada por Gustavo ‘Maca’ Wojciechowski.
Inaugurada el jueves 23 de abril, esta muestra toma por asalto de color, de papeles, de formas y formatos, las salas 3 y 4 del MNAV, y estará abierta al público hasta el 27 de julio. Y oficia como una suerte de intervención donde, justamente, el color es un protagonista fundamental.
Dos años: el presente, el regreso al país y el regreso al MNAV; el comienzo, 1965, de una vocación que se convirtió en pasión y en carrera profesional. Y son 80 ilustraciones digitales, 80 afiches, 80 carátulas de libro, 60 carátulas de discos.
Esta extensa colección de piezas, por volumen y diversidad, operan más allá de la exposición para ser una suerte de intervención de los amplios espacios de las dos salas del museo, con una variable que la estructura: el dibujo.
Maca Wojciechowski (reconocido editor, diseñador) subraya esta variable al definir a Palleiro en el texto curatorial: «Un dibujante». Es «el que gasta toneladas de papel —como jugando— alternando técnicas y estilos, desde la línea finita al pincelazo robusto, desde el lápiz a la tinta. Siempre con una guiñada tierna, casi humorística, como diciéndonos: los únicos adultos que vale la pena conocer son los que son niños altos».
Palleiro, por su parte, también ha reconocido que el dibujo no solo es la puerta de entrada sino la acción que articula el trabajo creativo. Así, las técnicas, los recursos del dibujo son fundamentales en el diseño de los afiches, de las tapas de libros y ediciones discográficas. En ellas, ha insistido Palleiro, el juego es la vía para llegar al humor, a lo tierno, a la memoria, al concepto político, y a la vez es la forma de encontrar el trazo, esa paleta de colores tan fascinante como pregnante, la gestación de formas, tanto las de referencia unívoca —e inquívoca— como las que disparan a la recepción a ese fecundo juego en los confines de la imaginación.
La puerta de entrada
Wojciechowski también vuelve a la piedra de toque de la historia de Palleiro y que sigue siendo un elemento articulador de obra, estética y pensamiento: la militancia política, tanto es sus inicios, a mediados de los años sesenta, como en su exilio, a partir del año 1976, primero en Argentina y luego en México donde vivió por 48 años, y ahora, desde 2024, en su retorno a Uruguay.
«La política fue la puerta de entrada al diseño gráfico —escribió Wojciechowski—. Fue como militante político de la UJC (Unión de la Juventud Comunista) que comenzó a diseñar sus primeras piezas gráficas. Seguirá diseñando magníficos afiches de corte social y político alternando con los de corte cultural, así como infinidad de carátulas de discos y libros, que es la otra área de interés y trabajo; y que -en definitiva- también son sociales y políticos, en el sentido más amplio».
¿Qué será la política?
No es necesario descubrir la pólvora por enésima vez, pero sí, quizás, un recordatorio casi a modo de esquela: no es el azar ni la mera coincidencia que invocan la íntima conexión entre arte y política.
Es acaso una razón de vida —¿de esencia?— la que conjuga estas dos grandes quehaceres que vertebran la sociedad. Es acaso la razón de idear y materializar esas otras formas de lo público lo que hace del arte un hecho político. Y esto gravitó en los primeros pasos de Carlos Palleiro en el diseño y el dibujo en tiempos de joven militancia política. Fue la propaganda, el afiche, las revistas. Fue el concepto político. Pero también fue el sentido político de la imaginación, del juego, que dio vida a formas originales que colocaron a la mirada —a las miradas— en un viaje a la vez fascinante e inteligente por trazos y la composición de color —una composición de color increíble—.
Fueron entonces las tapas de discos memorables, como la de El Sindycato, de 1972 —una pieza notable en tinta china con cinco tintas directas, 31 x 31 centímetros—, o la de «Si te vas», el disco de Alfredo Zitarroza editado en 1982 por el sello Fotón, en México, por citar solo dos ejemplos. O esos bellos animales que han nacido del ensamble entre el dibujo y la tinta. O la fusión del puño y la paloma: un hito en la obra de Palleiro.
Si mundos imposibles se vuelven posibles, tocables, disfrutables, a través de estas obras, nuestras vidas son, invariablemente, mejores, más felices, más vitales. Entonces, si esto no es un hecho político, ¿qué será la política?